Cada fin de año, el 24 de diciembre nos juntamos los
ciclistas habituales de la ribera y el Moncayo, que durante todo el año
compartimos fatiga y asfalto y subimos a San Martin del Moncayo, un pequeño
pueblo en la montaña en el que después de una entretenida ascensión, llena de
piques y risas, compensamos el esfuerzo almorzando todos juntos unos buenos
huevos fritos con patatas y jamón o longaniza que nos hemos merecido por “cuidarnos”
durante toda la temporada.
Este año 2012 no iba a ser menos e hicimos la típica
ascensión en la que el ritmo y los piques fueron bastante inferiores a lo que es
habitual pero es que la estupenda mañana soleada que nos acompañó solo invitaba
a disfrutar del paisaje. Espero que este típico almuerzo se siga repitiendo
durante muchos años y poder así seguir compartiendo “batallitas” y unas buenas
risas.
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